Nadie te cuenta esto cuando empiezas un negocio con propósito

Lo que ves en redes no es todo. Emprender con el alma no es más fácil, es más real. Y también, más desafiante.

Tuve la idea de Orus Advisory hace años. No fue una ocurrencia repentina, ni un impulso del momento. Fue una visión que me acompañó durante casi tres años. Una idea clara, pero también exigente. Porque no era solo un negocio... era una parte de mí.

Y por eso mismo, la postergué. Quería hacerlo bien. Quería que todo estuviera perfecto. Quería estar lista. Y ese deseo de perfección me mantuvo en pausa más tiempo del que quiero admitir.

Pero si algo aprendí es que el propósito no se concreta desde la espera, sino desde la acción imperfecta.

Hoy Orus Advisory existe. No porque todo estuviera alineado, sino porque un día decidí que hacerlo a medias era mejor que seguir esperando.

Y en ese camino, descubrí muchas cosas que nadie me dijo. Que no aparecen en los cursos. Que no se leen en los manuales. Verdades que solo entiendes cuando te atreves.

🔍 5 verdades que nadie te cuenta (pero necesitas escuchar)

1. Postergar también es una forma de miedo

A veces no procrastinamos por pereza, sino por amor al proyecto. Porque nos importa tanto, que tememos arruinarlo. Pero el miedo a hacerlo mal puede convertirse en el sabotaje más elegante.

Hazlo aunque no esté perfecto. Hazlo porque lo sientes. Hazlo antes de que el miedo te convenza de archivarlo para siempre.

2. Crear desde el alma te expone más de lo que imaginas

Un negocio con propósito no se siente profesional al principio. Se siente personal. Y eso te hace más vulnerable. Porque no solo estás mostrando tu trabajo, estás mostrando lo que piensas, lo que sientes, lo que eres.

No todos lo van a entender. No todos lo van a validar. Y ahí es donde tienes que sostener tu visión sin aplausos.

3. No estás fallando si dudas, te estás transformando

Emprender desde el propósito no significa que todo tenga sentido todo el tiempo. Dudar es parte del proceso. Replantearte también. No confundas confusión con error: muchas veces, es solo evolución.

4. El propósito no te exime del trabajo duro

Tener un “para qué” fuerte no significa que no haya días pesados, tareas que no te gustan o decisiones difíciles. El propósito no te ahorra esfuerzo. Te da un motor interno. Pero tú igual tienes que empujar.

5. No tienes que tenerlo todo claro para empezar

Este fue mi mayor aprendizaje: Creí que tenía que tener el plan completo, la identidad visual perfecta, la estructura resuelta. Pero lo que realmente necesitaba era decidir. Empezar. Poner la primera piedra y confiar en que la claridad se construiría en el camino.

🚪 Este es el camino real

Orus Advisory no nació de un plan maestro. Nació de una intención profunda, muchas dudas... y una decisión imperfecta.

Y si tú también estás en ese punto donde el propósito pesa más que la certeza, quiero decirte esto:

No estás solo(a). No estás tarde. No estás equivocado(a).

Estás justo donde se cruzan la incomodidad y la expansión. Ese lugar incómodo, pero sagrado, donde nacen las cosas grandes.

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